Caminaba bajo la lluvia de una noche cualquiera, por senderos iluminados y a la vez desolados, pensando en la sensación que causaron sus manos en mi humanidad, la forma en que tocaron mi corazón sin siquiera acercarse, que se aferraban a mí de una forma inexplicable, que lograron enternecerme por algunos instantes.
Recuerdo que sonreí todo el camino, ocultando mis pómulos enrojecidos por su gran sonrisa grabada en mi memoria, aquella sonrisa que borra toda la niebla de mis ojos y aclara mi horizonte, esa que me inunda de ganas de vivir, de seguir, pero sólo por a ella, por estar junto a ella.
"La lluvia de esta noche no mojaba mi cuerpo, solo limpiaba mi alma..."
